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Marcos Morte

DIFERENCIAS ENTRE EL ACERO Y EL CROMO

  |   2017, Entrevista   |   No comment

Entrevista a Marcos Morte

Hoy en día en la industria cerámica está muy extendido el uso tanto del Acero Tratado como del cromo duro en los moldes de extrusión. Por este motivo, se habla desde hace unos años de la existencia de dos tecnologías bastante antagónicas en el sector; la del Acero Tratado y la del Cromo Duro.

 

1º) ¿Nos puede decir a grandes rasgos cuales son las diferencias entre el Acero Tratado y el Cromo Duro?

La diferencia fundamental radica en la composición y propiedades de ambos materiales.

En primer lugar, el Acero Tratado es un acero ledeburítico de alto contenido en cromo, de gran resistencia al desgaste, y elevada estabilidad de medidas después del temple (dureza de 62-64 HRC).

Por otro lado, la aplicación del Cromo Duro se realiza mediante un tratamiento electrolítico mediante el cual se recubren las piezas con una película de cromo (dureza de 70HRC), de un espesor variable (generalmente entre 0,2 – 0,4 mm), sobre un núcleo o base fabricado en acero aleado cuya resistencia al desgaste es muy baja (dureza de 30-35 HRC).

 

2º) ¿Qué ventajas conlleva el uso del Acero Tratado?

La principal ventaja es la facilidad de modificación del Acero Tratado, que al tratarse de una pieza homogénea, permite que puedan modificarse sus conicidades, inclinaciones, etc. sin que ésta cambie su resistencia a la abrasión.

Al contrario, el Cromo Duro al aplicarse sobre un núcleo o pieza base, no permite que se puedan cambiar las conicidades de la pieza, puesto que al hacerlo la capa de cromo desaparece, dejando expuesto el núcleo. Esto conlleva que para poder realizar cualquier modificación sea necesario volver a someter a la pieza al proceso de cromado.

En segundo lugar, otra ventaja sustancial es el ahorro de tiempo y de costes en las puestas en marcha o desarrollos de nuevos productos.

En MORTE somos conscientes de los elevados costes que supone para nuestros clientes parar la producción. Por esta razón, cuando se están realizando pruebas es necesario tomar decisiones rápidas y realizar las acciones correctivas necesarias cuanto antes. Es ahí donde entra en juego el Acero Tratado.
Cuando el molde se coloca en producción, se hacen las comprobaciones oportunas para determinar si es necesario realizar algún cambio o modificación. En caso de serlo, la ejecución de las correcciones sobre el molde será rápida.

Por el contrario, si el molde es de Cromo Duro, cualquier modificación se dilata en el tiempo, ya que las piezas deben retirarse del molde y volver a cromarse, prolongando excesivamente los plazos de entrega y reduciendo consecuentemente el margen de maniobra.

 

3º) ¿Hay algún otro aspecto relevante que quiera destacar?

Desde nuestra experiencia, un factor fundamental es el control del proceso.

En MORTE desde hace más de 30 años nos hemos especializado en el tratamiento térmico del Acero Tratado, dado que contamos con una instalación propia que nos permite controlar exhaustivamente el temple que se realiza sobre las piezas.
En este tratamiento térmico el acero es calentado hasta temperaturas de austenización y posteriormente es enfriado rápidamente, con el fin de obtener una transformación que proporcione una estructura martensítica dura y resistente. En consecuencia, la calidad que se ofrece en nuestros moldes siempre está garantizada.

En cambio, cuando estas piezas han de ser cromadas, el proceso debe externalizarse perdiendo el control sobre el mismo.
Esta situación puede llegar a ser un problema, debido a que si la aplicación del Cromo Duro no se realiza correctamente, la capa de cromo puede verse dañada pudiendo dar lugar a desgastes desiguales tal y como se ha comentado anteriormente.

 

4º) Nos han quedado claras las ventajas en cuanto a lo que puestas a marcha y desarrollo de nuevos productos se refiere, pero en cuanto a los moldes de gran producción ¿qué le recomienda a los ceramistas?

En MORTE siempre hemos apostado por el uso del Acero Tratado con el objetivo final de que una vez el molde funcione correctamente en este material, y el producto de nuestro cliente sea correcto, se reemplacen los elementos del molde más sometidos al desgaste, que son los tacos y marcos, a nuestra formulación propia de carburo de tungsteno, el MOR 05, que presenta la mejor resistencia al desgaste del mercado y cuya rentabilidad es muy superior a la del Cromo Duro.

Por consiguiente, estos elementos no tienen que ser reemplazados durante meses, estabilizando la producción y aportando tranquilidad a los ceramistas que durante un tiempo se pueden olvidar de los cambios de medida y peso de sus productos.

Esta situación entendemos que lamentablemente no se da con los tacos y marcos recubiertos con Cromo Duro. Tal y como se ha explicado, en cuanto la capa de cromo desaparece del elemento en cuestión, el desgaste de la pieza se acentúa, necesitando realizar un nuevo proceso de cromado y obligando al fabricante a disponer de una serie de repuestos para no tener que parar la producción.

Esto a nuestra forma de ver es un hándicap, que nos hace llegar a la conclusión de que la tecnología del Cromo Duro se ha quedado obsoleta, debido a que además de no contar con las prestaciones del Acero Tratado en lo que respecta a las puestas en marcha y desarrollo de nuevos productos, no puede competir en cuanto a su duración y resistencia al desgaste con el carburo de tungsteno, quedándose de esta forma en tierra de nadie.

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